No es lo mismo seguir una terapia de yoga que asistir a una clase de yoga. En realidad si se tiene un grave problema médico y se escoge una clase de yoga al azar se puede acabar peor de lo que se empezó.

Las distinciones entre los estilos de yoga y los niveles de conocimiento entre los profesores de yoga han desaparecido con el auge del mismo, incluidos los médicos que prescriben el “hacer yoga” como cura para muchos tipos de dolencias.

Para personas con problemas de salud graves o crónicos la aproximación al yoga debería hacerse de manera personalizada con un profesional que conozca los efectos y contraindicaciones de las posturas y pueda sugerir una rutina que realmente ayude a recuperar el equilibrio y no empeore los síntomas.

Mientras que las clases de yoga general pueden verse como medicina preventiva para las personas relativamente sanas, muchas son demasiado fuertes para los que tienen algún síntoma serio.

Si tienes dudas sobre tu condición asegúrate de hablar con el profesor sobre que técnicas emplea y tu condición particular. Si tienes algún síntoma o enfermedad y asistes a una clase general intenta siempre pecar de seguro. Si no estas segura de que una postura sea buena para ti, no la hagas, y si sientes dolor, mareo, te falta el aliento, sal de la postura y díselo al profesor.

Los buenos profesores respetarán tu decisión de parar y te harán alguna sugerencia para modificar la postura de modo que sea segura para ti.

Si tienes alguna duda puedes escribirme y con gusto responderé a tus inquietudes.

Bienvenid@ al yoga!